El uso ético de la tecnologia y la circulación de los efectos en Kentukis.
Los personajes son los que encarnan el costado mas real e imprevisible de la difícil relación que se encuentra con la tecnología. Los kentukis no son robots, sino ciudadanos reales que dejamos entrar en nuestras vidas. En Kentukis encontramos un mundo en donde lo virtual comienza irremediablemente a reemplazar a lo analógico y donde lo que no se muestra y no es visto por lo demás, no existe.
Podemos observar el uso de la tecnología sumamente avanzado a través de la ventana panóptica, que se da de cierto modo por la venta de kentukis, como se ve en el caso de Grigor que dice que su habitación es un panóptico hacia el mundo. Pudiendo ver muchas cosas y sin ser visto. Los kentukis se ven como una combinación entre un dispositivo y una aplicación integrada que permite el acceso inmediato de una persona la vida “privada de otro”.
Llama la atención el recurso de poner en el centro estos dispositivos con forma de peluche, que en realidad son un medio para mostrar las experiencias humanas con la tecnología o una excusa para analizar la observación y el ser observado de uno, con la compañía que tienen las personas, son manejados de forma directa por otra persona.
El kentuki que no pueda cargarse y pierda toda su batería morirá, además de poder ser destruido por un tercero y hasta cometer “suicidio”. La relación con la tecnología no funciona de manera ética, genera vínculos amorosos tóxicos y se ven expuestos a otro persona que puede estar del otro lado del mundo observándolos. Por ejemplo en el caso de las dos nenas y su madre, que el kentuki las ataca. O en el caso Emilia y sus amigas, en el que genera conflicto y causa una división en el grupo de amigos, también es amenazada por el kentuki, quien dice tener filmaciones privadas de sus familiares. Se divulga y se vende información privada.
El kentuki que no pueda cargarse y pierda toda su batería morirá, además de poder ser destruido por un tercero y hasta cometer “suicidio”. La relación con la tecnología no funciona de manera ética, genera vínculos amorosos tóxicos y se ven expuestos a otro persona que puede estar del otro lado del mundo observándolos. Por ejemplo en el caso de las dos nenas y su madre, que el kentuki las ataca. O en el caso Emilia y sus amigas, en el que genera conflicto y causa una división en el grupo de amigos, también es amenazada por el kentuki, quien dice tener filmaciones privadas de sus familiares. Se divulga y se vende información privada.
El peluche genera un poco esta relación entre dueño y mascota que tienen los kentukis. Es decir, que entre la tecnología y las mascotas hay algunas cosas en común. Son dos cosas neutrales, no son ni buenos ni malos, el problema es cómo nos comportamos ante ellos. “El uso que hacemos de ellos”
Desde nuestro punto de vista, los kentukis son una herramienta que usa la autora para retratar la experiencia humana a través de la tecnología, la soledad y la necesidad de pertenecer o caerse de la “vida del otro”.
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